HORUS Y LA TECNOLOGÍA – PANÓPTICO LABORAL

            “…Hablando en general, el control tecnológico sobre los seres humanos probablemente no será introducido con una intención totalitaria ni siquiera a través de un deseo consciente de restringir la libertad humana…” “…. Cada nuevo escalón en la afirmación del control sobre la mente humana será tomado como una respuesta racional a un problema al que se enfrente la sociedad, tal como curar el alcoholismo, reducir la tasa de crimen o inducir a la gente joven a que estudie ciencia e ingeniería. En muchos casos, habrá una justificación humanitaria…

                Theodore Kaczynski – LA SOCIEDAD INDUSTRIAL Y SU FUTURO”

            Como es “normal”, son muchos los años que en Metro de Madrid se están acometiendo reformas dirigidas al avance tecnológico y la automatización. Ya hemos dicho en muchas ocasiones, que este proceso es casi imparable, pero también que, estos avances deben repercutir favorablemente en los trabajadores y no al revés como parece estar sucediendo.

            La tecnología y la automatización, desprotege a los trabajadores en cuanto a su especialización y desarrollo personal en el ámbito profesional, esta es la cara más amable de los factores negativos de esta “evolución”. La peor cara es el control y la presión que genera el ritmo de trabajo que genera la máquina sobre el ser humano que está sometido a unas variables que la máquina no comprende, generando en los trabajadores situaciones hasta ahora imprevistas, pero que van a repercutir en muchas ocasiones al estrés, este es sin duda unos de los factores más difíciles de evaluar en los puestos de trabajo.

            Los sistemas como HORUS y su implantación sigilosa son un claro ejemplo de las bondades de la evolución, porque resuelve situaciones de forma automática e implanta y normaliza el ritmo de trabajo, algo aún sin evaluar hasta qué punto puede llegar a perjudicar a los trabajadores.

            Vehículos geo-localizados, almacenes verticales automatizados, tablets, cámaras de vigilancia y sistemas de videovigilancia en oficinas, teléfonos móviles, red wifi, pantallas, gestión administrativa tele mandada, etc. Todo esto avanza y no sabemos muy bien a donde nos lleva, pero es seguro que nos está haciendo perder puestos de trabajo en primera instancia, además de la pérdida de contacto entre los compañeros que trasvasan su interacción social en el ámbito laboral a la comunicación con la “máquina”.

            Hay que estar muy atentos y saber responder y adaptarse a las nuevas necesidades y retos que se nos imponen de cara al uso de la tecnología, debemos mantener el control de nuestro trabajo diario y que no sea al revés, este frenesí tecnológico no es de momento más que una ensoñación peligrosa y contra la que se deben empezar a sentar unas bases de negociación y acuerdo.

            Solidaridad Obrera tiene muy claro que la tecnología debe quedarse, pero nunca bajo los preceptos capitalistas de productividad y explotación incoherente. La tecnología, como cualquier herramienta no tiene bando político, ni ideología, ni tampoco malas intenciones, otra cosa son las manos y los billetes que desarrollan y compran esa tecnología como una medida más para presionar, controlar y asustar.

Madrid a 2 de agosto de 2019

Por Solidaridad Obrera

La Junta Sindical

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