Solidaridad Obrera quiere hacer llegar su más profunda y amplia solidaridad para con las víctimas de la brutal masacre llevada a cabo en Barcelona por el islamismo radical, así como expresar, sin ningún tipo de paliativo, su total rechazo y su absoluta repugnancia ante un atentado indiscriminado, especialmente cobarde y absurdo.
Los trabajadores organizados en Solidaridad Obrera estamos contra el fascismo. Por eso ha de quedar meridianamente claro que también estamos contra el fanatismo religioso totalitario y antihumano de Daesh y sus grupos afines.
La crisis civilizacional del capitalismo que vivimos está haciendo aflorar todos los monstruos de un tiempo degradado, deshumanizado y convertido en la génesis de todas las alimañas.
Occidente ha jugado con fuego alimentando guerras atroces en Oriente Medio de las que han surgido nuevas hordas del fascismo islámico que ordenan a jóvenes trabajadores musulmanes asesinar a otros trabajadores y a matarse ellos mismos para intentar construir una sociedad regresiva, totalitaria y reaccionaria. Con la sangre del trabajo, los emires del odio y la violencia pretenden construir un imperio teocrático y brutal. No son los únicos, como hemos visto recientemente en Charlotteville, donde los fundamentalistas de la supremacía blanca han derramado también la sangre de los jóvenes. Y tampoco están solos: llueven las denuncias de cómo los supuestos aliados de nuestra burguesía y nuestra corona les financian o les dan apoyo político y cultural.
No hemos de confundir a todos los trabajadores migrantes con los asesinos de Daesh, y tampoco a todos los musulmanes.
El fanatismo islamista pretende, también, sustentar la deriva autoritaria de los países occidentales, haciéndoles aplicar legislaciones de emergencia y antidemocráticas y desarrollar una cultura racista y totalitaria. Amordazada, doblegada y asustada, la clase trabajadora será más vulnerable ante el avance de los fascistas de todos los países, se escondan o no bajo el manto religioso.
Así pues, los trabajadores debemos enfrentar a Daesh y al fascismo, partiendo de la solidaridad internacionalista y del apoyo mutuo.
Basando nuestra lucha en los principios esenciales de un socialismo libertario bien entendido: libertad, igualdad y fraternidad, pero de verdad y para todos y todas, en todas partes. Hay quien se enfrenta al Daesh en su propia tierra, con las armas en la mano, como los confederalistas democráticos kurdos o yazidíes. Nosotros debemos expulsar de nuestras barriadas y nuestros centros de trabajo todo atisbo de radicalización fascista y totalitaria, ya sea religiosa o laica, islámica o autóctona.

TODA LA SOLIDARIDAD CON LAS VÍCTIMAS.

TODO NUESTRO RECHAZO A LAS FANTASÍAS TOTALITARIAS Y REGRESIVAS DEL FASCISMO, YA SEA ISLÁMICO O AUTÓCTONO.

LA CLASE OBRERA NO DEBE MORIR EN SUS GUERRAS.

CONTRA LA BARBARIE DEL CAPITALISMO SENIL, LA SOLIDARIDAD Y LA CREATIVIDAD DE NUESTRA CLASE

Madrid, 18 de agosto de 2017

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