Llegó el momento. Después de 40 años voy a colgar definitivamente el uniforme que día a día llevé en el
puesto de trabajo.
Como podéis imaginar son muchos los recuerdos que me llevo de mucha gente con la que he tenido la
suerte y la desdicha de trabajar. Afortunadamente son muchísimos más casos los de la una que de la otra.
Si hay algo que abunda en Metro es la buena gente entre los/as trabajadores/as, excelentes personas y
profesionales que hacen posible un servicio a los ciudadanos de Madrid que podría ser mucho mejor si se
tomasen en cuenta sus ideas e iniciativas.
En Metro nada es como era en el año 1982, cuando entré a trabajar. Unos cambios se nos han impuesto,
otros los hemos hecho posible nosotros, pero estaréis de acuerdo conmigo en que, gracias a la lucha y a
las organizaciones de los trabajadores, Metro es hoy mucho mejor de lo que sería sin ellas.
Hoy, gracias a las luchas que hemos llevado a cabo, las condiciones salariales y sociales, sin duda
mejorables, están en la media alta de nuestra sociedad. Prueba de ello es el éxito en el número de
candidatos/as en las convocatorias de plazas.
Pero también estaréis de acuerdo en que nada hay seguro, que todo puede mejorar y todo puede
empeorar y que todo depende de la voluntad de defender y conquistar derechos o de la pasividad y
desidia que puede llevar a perderlos. En estos 40 años he vivido ejemplos de ambas cosas.
He vivido también muchas luchas por esos cambios y por lo tanto algunas derrotas y algunas victorias,
pero sabiendo que si hay algo seguro es que la única lucha perdida es la que no se da, porque tanto de la
victoria como de la derrota se aprende para la siguiente batalla.
Dos motivos tengo para esta carta de despedida:

  • Uno: Agradecer a mis compañeros/as que estuvieron antes y a los que aún hoy siguen estando, su
    ejemplo y su ánimo para afrontar todos los avatares que hemos sufrido y que también hemos disfrutado.
    Su espíritu inconformista y rebelde que hizo posible mejorar nuestras condiciones y defendernos de los
    ataques contra nuestros derechos.
  • Dos: Animar a quienes habéis venido a engrosar las filas de los/as metreros/as a estar siempre alertas
    para defender lo conquistado y a seguir progresando en los derechos y condiciones de trabajo. Nunca
    nada se nos ha regalado, nunca nada se os va a regalar. Vosotros hacéis el futuro y ese futuro dependerá
    de lo que hagáis. Os animo también a fomentar y a hacer un sindicalismo reivindicativo, participativo y de
    clase, porque es la mejor herramienta de los trabajadores.
    Mi despedida es un Hasta Siempre, porque siempre seré un metrero y porque siempre seréis mis
    compañeros/as.
    Hasta Siempre, Compañeros/as!!
    Viva la lucha de la Clase Obrera!!
    Salud!!
    José Luis Silván
    Jefe de Sector

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *