El anarcosindicalismo español. Una historia en imágenes

Confederación Sindical Solidaridad Obrera, 2007, 367 págs, ISBN 978-84-611-7337-2

ImageAcaba de salir a la calle el último libro editado por Solidaridad Obrera, continuando con la línea editorial de poner en el mercado libros de no fácil publicación por entidades comerciales y que cubran aspectos de divulgación del movimiento obrero y el anarcosindicalismo. Textos, en definitiva, cuyo objetivo es ayudar a los trabajadores y trabajadoras en su lucha. Esta vez el centenario de la vieja Soli ha servido de catalizador para hacer un libro algo especial, pues se trata nada más y nada menos que de un álbum de fotos.

 

 

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Mil doscientas fotografías. Sí, ha leído Vd. bien, 1.200 imágenes constituyen el cuerpo de este libro que pretende historiar el movimiento obrero de carácter libertario en nuestro país, desde sus inicios en el siglo XIX hasta hoy. Siglo y medio de historia; siglo y medio de lucha e ilusiones de las clases trabajadoras.

El tamaño, esta vez, ha tenido que ser algo mayor que el de los libros editados anteriormente (18×24 cm.), debido a la necesidad de “empaquetar” tal cantidad de material gráfico en algo menos de cuatrocientas páginas y proporcionar a las fotografías un tamaño adecuado.

Se trata sin duda de un libro de divulgación, o al menos eso se ha pretendido. De ahí su escaso texto en comparación a las imágenes, lo cual no es óbice para que esté “toda” la historia. Evidentemente, se ha tenido que recurrir a un estilo de narración esquemático para complementar los “pies de foto”, que son los que en definitiva nos comentan lo que se muestra gráficamente. Una historia en la que pensamos que no falta ningún tópico de los que han conformado el devenir del anarquismo y del anarcosindicalismo a lo largo de este siglo y medio de trayectoria.

Pero vayamos por partes.

Habría que decir que es un libro que se ha concebido con el objetivo de atacar dos frentes, o cubrir dos necesidades independientes pero complementarias. De un lado, la divulgación de la historia del anarcosindicalismo. De otro, la confección a un cierto nivel de una galería de personajes importantes dentro de esa historia. El retrato, por tanto, ocupa un lugar destacado en la obra, aunque es en este aspecto donde el trabajo muestra más las carencias, dada la imposibilidad de incluir una biografía de todos los personajes retratados. Pero no se puede tener todo, para eso están los libros especializados. Sin embargo, para el lector entendido, será un gran aliciente, habida cuenta que el movimiento libertario no es algo que se hizo por cuatro dirigentes de caras conocidísimas, a diferencia de otros movimientos sindicales o político-sociales. Toda una pléyade de militantes conformaron su devenir, máxime teniendo en cuenta que las organizaciones que se definieron anarcosindicalistas no tuvieron prácticamente “liberados”, y que todo el trabajo organizativo y sindical se hacía desinteresadamente por los propios trabajadores robando horas al sueño o al ocio cuando había ocio. Si hay algo de lo que el anarcosindicalismo puede sentirse orgulloso es de sus militantes.

Sí se han incluido unos esbozos de biografías de los que se han considerado más importantes que van retratados a página completa, e incluso aquellos en que se han incluido dos por página. El resto, hasta nueve retratos por página se han agrupado buscando algún tema común que los distinga y los asocie.

El libro se ha dividido en nueve capítulos que abarcan los distintos periodos históricos generales o particulares del movimiento libertario. En cada uno de ellos se ha incluido un cuadro cronológico que ayude a situar la documentación gráfica en el marco general de la historia del país.

Pero el grueso del libro es la historia, no los sujetos de esa historia.

¿Y está todo?

Bueno, pues todo o casi todo. Hay que tener en cuenta que es un libro narrado con imágenes y no de todo lo importante nos ha quedado documentación gráfica, sin embargo, cualquier acontecimiento relevante aunque no hayan quedado imágenes está representado; incluso aquellos congresos del movimiento de los que no hay fotografías, se han ilustrado con fotos de época del local en que se celebraron, pero son mínimas; los más importantes acontecimientos han quedado documentados bien con reproducciones de grabados y dibujos, los correspondientes al siglo XIX o ya con fotografías a medida que nos vamos adentrando en el siglo XX.

En sus páginas tienen cabida todos los conflictos importantes como la huelga barcelonesa de 1902, o la de la Canadiense; las huelgas generales de 1916 y 1917, así como otras luchas obreras de mayor importancia como las ocupaciones de tierras y de fábricas durante la República, o los ciclos insurreccionales revolucionarios de 1932 y 1933 o la revolución de octubre asturiana. Ni que decir tiene que la revolución libertaria acaecida durante la contienda social del 36 al 39 está tratada con el suficiente detalle en lo referente al comunismo libertario y las colectivizaciones en el medio rural como en lo concerniente a la autogestión en las ciudades.

La represión y persecución del movimiento obrero es tratada como se merece, desde el affaire de la Mano Negra o el proceso de Montjuich, a los complots policiales de la Banda Rull o el Caso Scala, sin olvidar el terrorismo y pistolerismo patronal que se cobró más de trescientas víctimas obreras en la Cataluña de comienzos de los años veinte.

Se ha pretendido reproducir las múltiples facetas a través de las que lo libertario irrumpe en la sociedad modificándola, desde los aspectos culturales o de convivencia, pasando por los aspectos éticos o morales.

Ateneos libertarios, excursionismo, enseñanza racional, vegetarismo, práctica del esperanto, nudismo, antialcoholismo, feminismo, amor libre y liberación sexual, luchas obreras y luchas vecinales; todo un compendio de lo que fue y es un modo de pensamiento y de forma de vida nacidos para cambiar el mundo.

Cabeceras de periódicos y revistas, portadas e ilustraciones de libros, carteles, sellos de imprenta, dibujos, cuadros, fotografías… Un libro para hojear y ojear, ver, leer, disfrutar, aprender, recordar… Un libro para recuperar la memoria histórica en el que muchos descubrirán que es cierto que hay otros mundos, pero que están en este.

¡Que Vd. lo mire bien!

CARACTERÍSTICAS

367 págs. 17 cm. X 24 cm. 1.200 imágenes. Edición mayo 2007-09-07 ISBN- 978-84-611-7337-2

CDU: 329.285 (460)

Disribución del libro:

– La Malatesta www.lamalatesta.net Correo   <info@lamalatesta.net>

– Traficantes de Sueños. www.traficantes.net C/Embajadores, 35 Local 6 Tfn. 915 320 928

PVP: 12 €

Precio especial para afiliados a CNT y CGT: 9 €

Afiliadas y afliados: gratis un ejemplar, otros ejemplares a 6 €

Chris Ealham hace la crítica de este libro para la revista Anarchist Studies

El anarcosindicalismo español. Una historia en imágenes

Celebrando el centenario de Solidaridad Obrera, el periódico anarcosindicalista más importante de España, esta extensa historia gráfica de la tradición libertaria española es uno de los más recientes libros publicados por la Confederación Sindical Solidaridad Obrera. Al igual que sus anteriores publicaciones, este libro tiene un precio razonable; en su calidad de historia visual, está profusamente ilustrado, recogiendo alrededor de 1.200 imágenes, esencialmente fotos, grabados, pinturas, dibujos, sellos sindicales, portadas de revistas, titulares de periódicos, a través de las cuales se narran 150 años de lucha de la clase obrera. Concluye con una valoración del movimiento anarco-sindicalista en España en la actualidad. Inevitablemente, el texto tiene en general un papel secundario, en buena medida de introducción y contextualización de las imágenes; una útil introducción cronológica al inicio de cada capítulo y sección proporciona un contexto más amplio.

La Historia comienza con la lucha por organizarse en España en 1835 y la intensa represión que siguió. La implacable disposición del estado y su servilismo para utilizar todos los medios posibles para reprimir cualquier desafío desde abajo –real, potencial o imaginario- es un hecho constante de esta historia. Es llamativo que el garrote vil, el método de estrangulación angustiosamente largo utilizado por primera vez para ejecutar a un sindicalista en 1856, era todavía utilizado a mediados de la década de 1970, cuando el joven anarquista catalán Salvador Puig Antich fue ejecutado. Igual atención se presta a los repetidos intentos de criminalizar el movimiento libertario, desde la incriminación de la Mano Negra, cuya consecuencia fue el encarcelamiento de 300 personas y la ejecución de 8 en la década de 1880, al asunto de la Scala en los últimos 1970, cuando un agente provocador de la policía organizó un atentado con bomba- en el que trágicamente murieron 4 activistas de la CNT- en un intento de desacreditar el movimiento anarquista. La visión de las tropas en las calles durante las huelgas es una imagen recurrente, un recordatorio de cómo el ejército fue utilizado frecuentemente como un instrumento de represión interna, dentro de un sistema militarizado de relaciones industriales.

Sin embargo, los intentos oficiales por elevar los costes de las protestas fueron inútiles, debido esencialmente a las miles de personas anónimas, activistas desconocidos que sostuvieron el movimiento con sus sacrificios, ofreciendo a menudo su libertad e incluso sus vidas; inevitablemente, tan sólo una parte de esos militantes pueden verse aquí. De las imágenes que proporcionan un vistazo de las condiciones de laborales y sociales, es fácil ver como la CNT llegó a estar tan profundamente enraizada dentro de la clase trabajadora en España y resistente a la represión. Incluso antes que la cultura anarquista floreciera en España, podemos encontrar evidencias de tradiciones populares de protestas de acción directa y alzamientos armados, actos de rebelión que proveyeron de un suelo fértil para la ideología anti-estatal y anti-autoritaria. La resistencia de la CNT se ajustó a esas tradiciones, y conduciéndola clandestinamente poco después de su nacimiento, emergió durante la primera guerra mundial con una ola de militancia, convirtiéndose en la estrella polar de los desposeídos, contando con unas 700 mil personas. Ya en la década de 1939, el sindicato llegó a organizar en torno a un millón de trabajadores.

Inevitablemente, el enfoque aquí es cronológico, cubriendo todos los períodos y momentos clave y prestando especial atención a la Segunda República y la revolución, donde se vivieron los momentos más altos y bajos en la historia de la CNT y el anarcosindicalismo, el legendario verano corto de la liberación, la crisis abierta por la colaboración gubernamental en tiempos de guerra, y finalmente el largo invierno del franquismo. Una atención considerable recibe lo que ha sido calificado como el “trabajo constructivo” de la revolución anarquista- los logros de las colectivizaciones del campo y las fábricas- en los que ha sido el más extenso y exitoso ejercicio de autogestión de los trabajadores en la Europa Occidental. Luego vemos como miembros del movimiento entraron en el gobierno: “con ese abandono de los principios anarquistas y lecciones de más de 75 años de luchas de la clase obrera la tumba de la revolución estaba preparada”, iniciando un proceso del que el movimiento anarquista español nunca se recuperaría completamente (Pág. 236).

Los capítulos cronológicos están intercalados con secciones temáticas en las que se exploran las multifacéticas señas de identidad del movimiento. Entre la miríada de prácticas culturales cubiertas están la educación radical, vegetarianismo, excursiones organizadas, nudismo, feminismo, amor libre y liberación sexual, la promoción del Esperanto, todas las cuales promovieron una nueva sociabilidad y forma de ser y luchar. Lo que emerge es un claro sentido de profunda moral y empuje ético que hicieron de este movimiento algo único dentro de la corrupta sociedad en la que se formó. Muchas otras observaciones pueden extraerse acerca del movimiento de esta Historia. Hay una ausencia perceptible de grandes teóricos: ni un solo español se encuentra entre la élite intelectual del movimiento anarquista internacional. Es igualmente remarcable ver las enormes manifestaciones organizadas por la CNT tras el fallecimiento del dictador Franco. Otro rasgo destacado fue la profunda solidaridad que sostenía las huelgas, que quizás se reflejaba más vividamente en la manera en que los hijos de los huelguistas eran acogidos periódicamente por sindicalistas de otras áreas mientras duraban los alargados conflictos.

En un momento en el que un número creciente de personas está concernido con la memoria histórica, este libro es una oportuna y extensa contribución a la recuperación de la memoria anarquista. Es también un recordatorio de las luchas contemporáneas en relación al pasado. Mientras que la actual administración socialista en España afirma de boquilla estar dispuesta a reparar las injusticias acumuladas durante el franquismo, su enfoque es altamente selectivo y parcial, muy en la línea de sus predecesores conservadores y de centro-derecha. La CNT, que poseía una amplia red de edificios e imprentas en los años 30, nunca ha sido compensada por las propiedades que le fueron arrebatadas durante la guerra civil y la posterior dictadura. Lo mismo sucede con el Ateneo Enciclopédico Popular (AEP) de Barcelona, un ateneo que sirvió como Universidad Popular para miles de trabajadores y militantes de izquierda antes de la guerra. Parte de las propiedades del AEP está actualmente en manos de la Generalitat, el gobierno autonómico catalán. Públicamente, la Generalitat está denunciando con entusiasmo la represión de los derechos catalanes durante los años del franquismo y honrando a las víctimas del terror de estado. No obstante, las autoridades democráticas –catalanas o españolas- son muy selectivas y miopes cuando se trata de compensar la piratería franquista ejercida contra las instituciones de las clases populares de Cataluña

Comentarios de Daniel Hiernaux sobre el libro

Daniel Hiernaux. Profesor titular de la Licenciatura en Geografía Humana.

Universidad Autónoma Metropolitana Iztapalapa. México DF

Ayer apareció en mi buzón, un maravilloso regalo: ¡un libro con profusas ilustraciones! Me pasé las horas revisando, y quedé convencido que el subtítulo era equivocado: no debería ser «Una historia en imágenes» sino «Una gesta en imágenes», porque de eso se trata realmente: la obra «El anarcosindicalismo español, una historia en imágenes, publicado por Solidaridad Obrera, Madrid, 2007, recrea con gran cantidad de imágenes y unos textos particularmente atinados e ilustrativos, una larga sucesión de hechos articulados que demuestran la maravillosa madurez adquirida por el movimiento anarcosindicalista español y su capacidad para enarbolar banderas que otros también levantaban, en particular todas las que se anclan en la vida cotidiana, como el naturismo, la alimentación sana, el recreo colectivo, temas que se vuelven extraordinariamente interesantes, quizás más que lo laboral (sin menospreciarlo claro) en el contexto de una sociedad tan retrógrada y cerrada como la española hasta, desgraciadamente, el último cuarto del siglo XX.

Me apasionaron las caras de los militantes en las fotografías: personas comunes que adquieren un aura de valor por su desempeño a favor de los grupos populares, de los cuales la mayor parte proviene, pero también con los cuales se quedan. También, noté la poca presencia de mujeres en las imágenes, pero las pocas que hay, iguales a las que tienen voz en la película, «Mujeres del 36», fueron invaluables para el movimiento anarquista. En la página 59, la foto de Teresa Claramunt (personaje del anarquismo español que desconocía) me marcó mucho: más que una «Pasionaria», su retrato refleja una mujer simple que, con toda razón y con todo corazón, elige algo, un modo de vida, ligado a una manera de ver el mundo, que la hará sufrir pero también vivir intensamente.

La historia de la guerra civil, momento de todas las lealtades y todas las traiciones, es también una parte sustancial y emotiva de la gesta relatada en esta obra: pero la derrota, las persecuciones posteriores, las fotos -muy abajo de la cruda realidad ciertamente- de la vida de quienes se refugiaron en Francia para solo estar reprimidos quizás más duramente que por el fascismo franquista, todo ello genera una extraña tristeza, la sensación de que la gesta se derrotó, que no hay salida. Al grado que el olvido que tiñe de negro una gran parte de esa historia, sigue siendo el pan de cada día: podemos seguir preguntándonos cuándo será que Francia, que ya pidió perdón por su participación al Holocausto, que reconoció finalmente el papel de sus antiguos colonos en las dos guerras mundiales (véase por ejemplo, el impacto de la reciente película «Indígenas» sobre el público y la clase política francesa), se dignará pedir perdón a los españoles, por los sufrimientos y el autentico exterminio que les causó en sus campos de Argeles y otros, hoy, con frecuencia, transformados en playas para turistas.

Pero la historia se ha transmitido, y no solo en España, como lo relata este libro, sino también en países como México, donde lentamente se mueren los últimos republicanos, todas tendencias políticas unidas, sin que el mismo gobierno español «democrático» les haya otorgado una mísera compensación al duro desgarre que les significó el exilio a las tierras americanas.

Cuando se observa que el movimiento anarquista está en vía de recomposición, frente a los sinsabores de la lucha sindical tradicional y la ausencia de una verdadera lucha para reconstruir la vida cotidiana, no nos puede más que quedar claro que las sociedades actuales se enfrentan a un verdadero regreso a la persona, cada miembro de la humanidad, quien es, como lo señaló Eliseo Reclus desde el siglo XIX, la auténtica palanca de un cambio social. Mientras que la masa parecía ser el motor de todo cambio, hoy la persona (no el individuo aislado) con toda su capacidad es quien recobra su capacidad de intervención (se «empodera» como se dice hoy), y puede llegar a luchas solidarias a partir de su capacidad personal, asociada a la de otros, pero en la cual el sigue siendo el pivote de toda acción.

Aun así, este cambio no puede realizarse sin organización y, también, sin ejercer un «deber de memoria» hacia quienes han ayudado a la difusión de esas ideas, pero sobre todo de formas de lucha y de modos de vida, que hoy, pudieran ser una de las llaves para cambiar el mundo: es ese deber de memoria que ejercen tan valiosamente los compañeros de Solidaridad Obrera al publicar esta obra trascendente.

 

 

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