Por fin llegó la tan cacareada asamblea de la Operación. Ha llegado tarde y mal, pero se ha realizado. Y ahora podemos opinar. Porque de momento aún se puede opinar ¿Verdad sr. Edo? Bueno, sea cual sea su respuesta, lo vamos a hacer igualmente.

Y vamos a opinar tras recibir esas maravillosas clases gratuitas de sindicalismo y asamblearismo, impartidas por parte de la mesa de la asamblea. Porque calificar de cinismo, demagogia, falsedad e incluso sinvergüencería lo visto en la Nau Bostik no dista mucho, en nuestra opinión, de lo acontecido. Cada uno de los actores en su justa medida, pero todos en su conjunto.

Lo primero de todo, debemos destacar la dignidad mostrada por esos compañeros que sintiéndose abandonados en la lucha, simbólicamente le han dado la espalda al comité durante el tiempo que ha durado su intervención. El comité le ha dado la espalda a los trabajadores al no convocar una asamblea cuando realmente tocaba, no quisieron escucharlos, ni siquiera han contestado a las peticiones de asamblea de compañeros y, por lo tanto, NO LES DIERON LA OPORTUNIDAD DE QUE SUS PROPUESTAS FUERAN ESCUCHADAS. Ahora esos mismos trabajadores os han dado la espalda, como muestra de repulsa a vuestra mezquina actuación. Unos por acción, el mayoritario y sus dos acompañantes (tridente style) no querían esta asamblea, se les notaba incómodos. El resto del Comité, por omisión. Los restantes podríais haber convocado a la plantilla, pero es mejor apostar por “si la cagan ellos, ganamos nosotros”, que ser honestos y hacer una asamblea por dignidad sindical y por convicción, en el momento oportuno. Para más inri, tuvimos que escuchar cómo se afirmaba desde la mesa de la asamblea que “cualquier sindicato podía haber convocado la asamblea, esté en comité o no”. Sólo podemos tildar este comentario de patético. Pretender que otras secciones sindicales, a las que continuamente atacan y ningunean, les saquen las castañas del fuego y, además, les ayuden a eludir sus propias responsabilidades a los sindicatos del Comité, es BOCHORNOSO. Si ese es el nivel, es mejor que no digan nada y salgan por la puerta de atrás sin hacer ruido.

Escuchar de CGT perlas tan fantásticas como “lo que se ha hecho con el acuerdo de formación es actualizar económicamente el que ya firmaron los otros que era una (mierda, licencia del autor)”, un acuerdo en el que CGT calificó de prostitutas a las personas que impartían la formación, es como mínimo de un cinismo mayúsculo. Escuchar excusas de mal pagador para justificar la negativa a que se realizara la asamblea de AAC’s y Motis (especie en extinción y convidada de piedra a la fiesta) escudándose con frases como “sólo nos abstuvimos, estábamos pendientes de asamblea de afiliados…” es de una hipocresía digna de estudio. Aunque el final apoteósico con el que han acabado el vodevil de la convocatoria de asamblea, con frases tales como “¿qué quieres, una asamblea cada semana?” forzado por el reproche hecho desde la sala por un compañero, o “no hemos convocado la asamblea de AAC’s porque sabíamos que no iba a venir nadie”, es tener la cara de cemento armado, cuanto menos. Desde la Soli respondemos: las asambleas se convocan las veces que haga falta. Ojalá se quisiera escuchar a la plantilla, como mínimo, semanalmente. Y quien pronunció la segunda frase, es un auténtico liante. Es mucho más probable que hubiera poca asistencia porque algunos sindicatos del Comité intentaron matar el tema mareando la perdiz y poniendo excusas para no convocar.

Para colmo ¿El mismo sindicato que tenía tantas reticencias para convocar la asamblea de AAC’s, ha convocado asamblea general sectorial de CTOS sin contar con el resto del comité? ¿Será quizá que esperaban muchos reproches del colectivo de trabajadores más grande de metro? ¿O será quizá que aún quedan temas por cerrar sobre los compromisos adquiridos con Herr Grau y su pandilla? Si el hotel del Raval hablara….

Del resto de participantes, que queréis que os digamos. Nada que nos sorprenda: tacticismo electoral, “esta guerra no va conmigo”, “que se queme el mayoritario”, “yo pasaba por allí y no sabía qué hacer”. Otra muesca en la barra de las decepciones, con honrosas excepciones constructivas, eso sí, pero estériles. Porque, ¿tan difícil es asumir la inoperancia del comité y convocar asamblea sin el Tridente? ¿Tan difícil es asumir que el tema está muerto y exigir públicamente y con convicción lo que actualmente se dice con la boca pequeña? (“queremos elecciones” parece que se oye por Santa Eulalia).

Y suerte han tenido al poderse escudar en unas “relaciones laborales con la empresa que no fluyen” omitiendo las carencias propias. Han utilizado como salvavidas el tema de la jubilación parcial en 2019, y la problemática contractual y de escalafón, para poder esconder las vergüenzas de una asamblea soporífera, infumable, ejemplo de lo que no debe ser un debate plural. Esperemos que este tema de la jubilación parcial en 2019 no nos cueste más de lo que ya nos ha costado en la negociación de convenio.

Para todas las personas que nos leéis con interés, para las que pensáis, como nosotros, que merece la pena luchar y seguir comprometidos porque esto ha de tener un final digno, para los que nos queréis y para los que nos odiáis, os tenemos que pedir, y también exigir, un esfuerzo: no os dejéis llevar por el borreguismo sindical que nos ha conducido hasta aquí. Sentíos ovejas negras y plantad cara al sistema. Luchad como lo intentamos nosotros. Porque unidos somos más y más fuertes. Y les ganaremos. Pero sobre todo, no olvidéis.

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