SEGURIDAD, VIGILANTES, MIEDOS Y AGENTE DE AUTORIDAD

Desde hace tiempo, se vende la idea de que, tener un vigilante al lado supone estar seguro. En base a esta idea tan inconveniente, desde algunos y dispares sindicatos (COBAS, SCMM, SLMS, etc.) se está alimentando un estado “irreal de la necesidad” de que es imprescindible contar con Vigilantes de Seguridad. Se insiste en la necesidad de estar permanentemente acompañados de Vigilantes de Seguridad (VV.SS.), como si fueran guardaespaldas. Incluso se defiende un vigilante por estación en todo momento (además de patrullas y más patrullas itinerantes), creando una psicosis de falta de seguridad y de estar viviendo una situación de agresiones constantes y continuas. Es cierto que se han producido varias agresiones en las últimas semanas y, también es cierto que se deben tomar todas las medidas necesarias para que esto no ocurra, que no debería producirse ni una sola agresión. Pero la presencia de Vigilantes no garantiza que se eviten las agresiones, incluso puede ser motivo de mayores problemas. Esto sin entrar en el peligroso juego de ver a los Vigilantes de Seguridad realizando labores propias del personal de estaciones (atención a los viajeros, dar paso por los torniquetes, ser personal de presencia en ausencia del personal de estaciones, etc….) o que sustituyan la presencia de un agente de Metro por Estación y turno, mucho menos aún para relevar las medias horas y así evitar que se quede la estación sin personal de Metro.

Para Solidaridad Obrera, el problema más importante que promueven estas campañas, es su contribución a crear una idea desproporcionada de peligrosidad en el trabajo. Con su actitud, generan/aumentan un estado de nerviosismo/miedo en los trabajadores y ello lleva a apoyar/defender estas medidas, que consideramos completamente erróneas, debiendo hacer más hincapié en aumentar el personal del Metro,  y no tanto la plantilla de VV.SS.

La presencia de un vigilante no garantiza que no se produzcan agresiones o situaciones violentas; que se reduzcan o mitiguen, dependerá sobre todo de qué actitud mantenga el personal de Metro (temperamento, conducta, etc.), y de la que haga gala ese vigilante. La existencia del vigilante no implica tener al lado un experto en defensa personal y dadas sus condiciones de trabajo y de acceso a la profesión, tampoco asegura que esté dispuesto a enfrentarse a problemas relevantes.

Solidaridad Obrera cree firmemente que ser considerados Agentes de la Autoridad, junto a una campaña de sensibilización, es la forma ideal de reducir notablemente todo tipo de agresiones. Hacernos visibles desarrollando nuestras tareas de ayuda y atención al viajero sin temores, asumir esa responsabilidad sin dudas y con ello, ganarnos el reconocimiento social y laboral. Esta es, sin duda, la mejor defensa de nuestro      puesto de trabajo.

Solidaridad Obrera estima que lograr capacitarnos con el aprendizaje de estrategias de gestión de conflictos, de control de estrés, de habilidades emocionales, etc. son los caminos que, junto al reconocimiento de ser Agente de la Autoridad, nos llevarán a acabar con esta lacra. Si no fortalecemos nuestras competencias personales y profesionales, cada vez seremos más dependientes de lo que otros (por ejemplo, los VV.SS.) quieran hacer por nosotros, estaremos más débiles en el presente y cada vez más temerosos ante el futuro, y con mayores dificultades para enfrentarnos a los inevitables retos que nos aguardan.

Estamos convencidos de que las más beneficiadas con toda esta alarma son las Empresas de Seguridad, que en breve estarán negociando sus contratos. Cuanto mayor sea el aumento de horas de vigilancia, más negocio. El miedo laboral les beneficia, como los sindicatos que hacen de títeres de intereses empresariales.

Madrid a 4 julio de 2017

Por Solidaridad Obrera

La Junta Sindical

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