GRUPO DE TRABAJO DE VIOLENCIA EXTERNA 13/10/22.

Tras la reunión nos queda un sabor agridulce. Nos felicitamos por el giro que ha tomado el Área de Marca y Medios, que por fin va a incluir la palabra AGRESIÓN en la nueva campaña de concienciación sobre la violencia externa. Reconocieron que la anterior, en la que no ponía nada, no sirvió para…ídem.
Esta campaña irá en cartelería en los distintos puntos de la red, así que parece ser que resultará bastante
visible.
Por otro lado, comentamos la preocupación de los trabajadores de estaciones sobre la falta de resolución de averías en los tarjeteros de las METTAs, quedando éstas fuera de servicio, provocando, así, interacciones tensas con los viajeros, pues estos se encuentran hartos de esperar, frustrados por recibir
un servicio mediocre y enfadados por no ver soluciones a los problemas diarios que les afectan. El área
lo reconoce y admite que, por el cambio de sistema no tienen repuestos. La solución es la de siempre,
autorización de un viaje, hasta que a alguna compañera resulte agredida por otra mala gestión de esta
Dirección incompetente.
Se preguntó a la empresa sobre qué protocolo tienen planteado ante las agresiones verbales a través de los interfonos, quedando la División de Operación encargada de definirlo y comunicarlo a los trabajadores. Aun así, dejaron claro que los trabajadores de esta compañía, no tienen obligación de tolerar estos desmanes.
En otro orden de cosas, nos han comunicado que en ML1 se ha doblado la vigilancia con otras dos
patrullas, y en estos dos últimos fines de semana no se han producido incidentes.
La madre del cordero viene con el tema de las cámaras de seguridad. Metro de Madrid ha decidido
que la operativa no está habilitada para poder verlas, y que por esta circunstancia han retirado las cámaras de los 2000B. Pues bien, debatiendo el tema, resulta que sí está habilitada para ver instalaciones, pero no incidentes. Esto nos lleva a pensar que el interior del tren no son instalaciones, o bien que las cámaras de los demás trenes deberían ser inhabilitadas. Pero nada más lejos de la realidad, retiran las cámaras porque no hay repuestos para mantenerlas, simple y llanamente. Por este mismo motivo, añaden, ya no pueden comprobar las agresiones en nuestras instalaciones, limitándose a hacer reservas de imágenes genéricas, por si hubiera que llegar a juicio.
Parece que el esfuerzo de trabajadores y trabajadoras por dar visibilidad a este claro riesgo, hizo, hace y hará mella en la mentalidad anticuada, encubridora y sumisa de esta compañía. Aún guardamos, en este sindicato, los documentos en los que se nos decía que los insultos son al uniforme, que no era contra nosotr@s (l@s agentes de esta compañía) o incluso que no era un riesgo laboral. Todas esas reivindicaciones, acabaron materializadas en un protocolo contra las agresiones externas, que sigue siendo la brújula de las actuaciones en esta materia.

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