LOS MUROS DE LA CÁRCEL NO PUEDEN RETENER A ALFON

La lucha por acabar con los montajes y la represión siguen intactas, la figura de Alfon se ha convertido en referente de la lucha de los trabajadores y en símbolo de lucha contra la represión.

Ayer, unas dos mil personas participaron en la combativa manifestación que recorrió la principal calle del Barrio de Vallecas, la Avda. de la Albufera, su barrio, donde, a pesar de tenerle “legalmente” secuestrado, su espíritu recorre las calles, apoyando, animando y encabezando cada lucha de los trabajadores.

La manifestación culminó la semana de lucha convocada por la Plataforma por la Libertad de Alfon de la formamos parte sindicatos alternativos, colectivos, organizaciones políticas y sociales.

Al finalizar la misma se dio lectura a la carta de bucaneros y, a la de Elena, su madre, que cerró la movilización.

Querido Alfon

Seis meses ya sin ti. Qué rápido transcurre el tiempo y qué lento cuando pasas la vida esperando. Seis meses de secuestro, no solo privado de libertad sino en las condiciones inhumanas de un Régimen FIES cruel. Seis meses en los que no han parado las mentiras y difamaciones, pero tampoco el apoyo y solidaridad de todos. ¿Te acuerdas cuando te detuvieron y entre golpes e insultos te dijeron que nos olvidaríamos de ti, que con el tiempo nadie se acordaría? Pues para ellos va dedicada esta carta, pero sobre todo, para ti. Porque hoy todos hemos empuñado boli y papel para decirte que somos muchos los que no vamos a dejarte nunca.

Somos tu familia, la que sufrimos contigo esta condena, a la que nos han robado un hijo, un hermano, un nieto o un sobrino y la que no para ni un solo instante de pensar en ti, de pelear porque vuelvas cuanto antes con nosotros. Ni peor ni mejor que las demás, simplemente una familia humilde consciente de su condición, orgullosa de sus valores y, sobre todo, de haber criado una buena persona como tú. No pueden decir lo mismo los que inventan montajes, los que ordenan entrar en casas en plena madrugada y encapuchados. A nosotros podéis mirarnos a la cara, a los ojos, no nos escondemos. No somos nosotros los que abusamos de autoridad, los que golpeamos, los que insultamos o los que humillamos a una familia en plena detención. No les vale con todo ello, ni con encerrarte durante días y días de forma preventiva, ni con tenerte seis meses ya alejado de nosotros, sino que también siguen alimentando la mentira, filtrando a su antojo y manipulando sin pudor alguno. Sus trajes y uniformes lucen muy limpios, pero sus conciencias están negras. La tuya, como la nuestra, puede estar tranquila. Por eso tu padre, tu hermana, tu abuela, tus tíos, tus suegros y todos y cada uno de los que te apoyamos, no pararemos de luchar por ti. No estás solo. Nunca lo has estado y nunca lo estarás. Esta familia es cada vez más grande, crece en el corazón de todo aquel que se enfrenta a la injusticia, que abraza a la solidaridad.

Querido Alfon, somos tu familia, esa que tú elegiste. Esa Banda que el poder denomina criminal y a la que tú llamas hermandad. Porque eso has sido siempre para nosotros, ni un colega ni un compañero, un auténtico hermano. Somos los que te hemos visto crecer, pasar de ser un niño a un hombre con la rapidez a la que te obliga la vida a madurar en los barrios obreros. Te hemos aconsejado, y dejado cometer errores, pero nos has demostrado siempre que ese corazón está lleno de valentía, coraje y nobleza. Somos toda esa juventud alegre y combativa, todos esos que hemos llegado después y para los que has sido un ejemplo. Los que hemos recibido tus consejos, los que te hemos visto disfrutar cada partido en tu grada. Cruzar ahora la puerta de ese Fondo y no verte subido en la valla dejándote la garganta solo nos hace alzar aún más la voz, porque nuestro grito de libertad no hay muros ni rejas que lo acallen.

Querido Alfon, somos tus vecinos, los que te hemos visto corretear por estas calles, los que hemos sufrido tus balonazos en nuestras paredes, los que aún no entendemos porqué siempre pagamos los mismos. Somos tu barrio, somos Vallekas, pero también todos los barrios y ciudades a las que has hecho ponerse en pie y salir a la calle. De aquí y de allí. Desde tu gente de Coruña a Cádiz, desde Euskal Herria a Sevilla, desde Catalunya a Extremadura, pasando por todos los rincones del mundo en los que seguimos reclamando libertad. Porque en todos esos rincones hay también mazmorras. Alfon, somos los que conocemos muy bien cómo te sientes porque, cómo tú, estamos secuestrados. Somos todos esos hijos de la clase obrera que entendemos demasiado de montajes, mentiras y prisiones. A menudo olvidados, silenciados, por eso tu caso es el de todos, por eso Alfon te decimos que no te rindas, que sigamos denunciando que no hace falta irse lejos para encontrar presos políticos o jóvenes víctimas de asquerosos inventos policiales y judiciales. Sigue luchando, por ti y por todos nosotros.

Nosotras no dejamos de hacerlo. Estamos obligadas a ello, día a día. Somos tus amigas, tus compañeras, las que vomitamos en todas las mentiras que han escrito sobre ti porque nosotras sabemos que ese corazón está lleno de bondad. Calumnias infames que solo nos dan más fuerza para estar a tu lado.

Querido Alfon, no hay día que no despierte con tu recuerdo y noche que no duerma pensando en ti. Ansío tus besos, tus caricias, tus susurros, tus risas. Soy tu mujer. Sí, tan jóvenes y ya casados. Obligados por un régimen carcelario inhumano para el que no éramos nada, para el que yo no existía. Ni un abrazo, ni un beso. Cumplimos esta condena juntos, porque mi vida termina cuando se agota el tiempo, se acaba la visita y se cierra la puerta. Tranquilo, viviremos juntos todos y cada uno de los minutos que nos están robando. Estos ladrones nunca podrán quitarnos nuestros sueños.

Alfonso, soy tu madre, la misma que te ha parido, la que se ha matado para darte un futuro digno y la que lloraba cada uno de los días que te han arrebatado de mi lado. Sí, lloraba, en pasado, porque mis lágrimas están secas y porque los que te mantienen secuestrado no merecen que derrochemos ninguna lágrima más. Por eso, querido hijo, te prometo que no habrá montaje ni mentira que me impida sentirme tan orgullosa como estoy de ti. Camina con la cabeza bien arriba, como yo camino en esta lucha, porque son ellos los que deben sentir vergüenza de hacer lo que hacen. No te dan las cartas, nos cortan las llamadas, me hacen verte tras un cristal, me impiden abrazarte… Pobres ilusos, piensan que así van a destruir otra familia y solo han conseguido que nos unamos más, que te quiera como solo una madre quiere a su hijo. Alfonso, te han quitado la libertad pero, pase lo que pase, que nada ni nadie te robe tu sonrisa.

Te quiero. Te queremos.

Madrid 18 de diciembre de 2015

Por Solidaridad Obrera

 

La Junta Sindical